Historia

Los aztecas vivían en México, sostenían la visión unida de que la estructura y la función del cuerpo humano replicaban la estructura y organización del universo.
Para ellos, los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y la inversa, el coportamineto humano podía afectar al universo. La religión azteca combinaba la religión del estado con el shamanismo. La enfermedad para los Aztecas era por lo tanto un mal vivir. 
Los shamanes eran los agentes elegidos para curar las clases de enfermedades causadas por el desequilibrio del universo o por la intrusión de seres de otros niveles cósmicos. Creían que el poder para curar se adquiria mediante viajes a otros mundos que se llevaban a cabo en estados alterados de la conciencia. Ticitl, era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos (enfermera o enfermero) Ticitl era un trabajo exclusivo de esclavos o sirvientes. La enseñanza de la medicina era empleada por los sacerdotes. 
Tanto mujeres como hombres podían ser enfermeros o médicos o curanderos en el hogar. La mujer se dedicaba a cuidar enfermos por instinto natural, aplicando remedios usados en ese tiempo, dirigidos a sus familiares cuando se enfermaban, procurando alimentarlos y cuidarlos. Entre los aztecas, la principal figura fue la partera, que se ocupaba de atender a la madre desde que se consideraba embarazada; y luego, daba atención a la madre y al producto durante el parto.

La mujer primordialmente partera, era entrenada por su abuela o madre, quien hubiera ejercido el oficio. Las parteras utilizaban hierbas para acelerar el trabajo de parto y la dilatación del cuello uterino; al iniciar el parto bañaban a la embarazada, realizaban rotación interna del feto cuando la presentación era inadecuada , o efectuaban, embriotomías cuando el producto estaba muerto.  
Un cambio radical, conquista española.
En el momento en el que se da el encuentro de dos mundos vemos que se inicia en México una nueva etapa histórica, y con esto una nueva manera de practicar la enfermería. En la época colonial por el distinto bagaje inmunológico de americanos y españoles, se iniciaron una serie de epidemias desastrosas para la población indígena, como viruela, sarampión, gripe y paludismo. Con los esclavos negros vino la fiebre amarilla y el dengue. Con los conquistadores vino una matrona, Isabel Rodríguez, quien asistió a los heridos de Zempoala y Cholula. Las autoridades de la Colonia se habían dado cuenta que la atención a los enfermos dejaba mucho que desear, por tal motivo encargaron al Protomedicato que buscara el remedio. En 1524, se fundó el entonces llamado “Hospital de la Inmaculada Concepción”, hoy “Hospital de Jesús”.

La “Primera enfermera de la historia en misión internacional”. No se conocen muchos datos sobre ella, su vida y fecha de fallecimiento, pero lo que sí sabemos es lo que esta mujer hizo por ayudar a sus semejantes (principalmente niños), arriesgando su propia vida. Conocida como “la dama de la vacuna”, Isabel Zendal nació en La Coruña el 26 de febrero de 1773 en el seno de una familia muy humilde y falleció en México. Fue una mujer poco convencional para los cánones de su época muy avanzada a su tiempo.


Es considerada la primera enfermera sanitaria de Iberoamérica, debido a que en 1804, Carlos IV envió al doctor Balmis con 50 niños para tomar vacuna e inocularla de brazo en brazo contra la viruela; los niños iban al cuidado de Isabel de Cendala. Su ocupación era tan humilde que no se les pedía licencia ni examen previo para ejercer. 

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